La vela sola quemando un olor, una única luz, el silencio y las cuatro estaciones. Todas pasan, todas se llevan algo. Un libro empezado dobla las hojas como doblan tus silencios. Toda la casa está marcada, una posguerra infinita y una planta quebrada por el sol. En la escalera el viento, tu voz. Hay perfumes en el cajón y la madera húmeda. Un pino gastado y los secretos que no querías contar. Todos los olores cantando en la pared y tu planta favorita que ahora es tierra. Cuatro comidas y una estación. La mesa vacía.